Despedimos el día de hoy con la triste e histórica noticia del fallecimiento de la Reina Isabel II de Reino Unido, la monarca con el reinado más dilatado de la historia del país: 70 años. Isabel II fue coronada tras el fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI, el 2 de junio de 1953.
Con el pueblo británico uniéndose a la causa en la IIGM, Isabel, como muchos otros jóvenes británicos, anhelaba participar. Pero sus protectores padres se negaron a permitir que se alistara, señalando que ninguna mujer de la familia real se había unido al ejército. Isabel era una hija obediente, pero también tenía una fuerte voluntad. Pasó más de un año de peleas en la familia antes de que su padre finalmente cediera a principios de 1945. De esta forma dio a la princesa de 19 años permiso para alistarse.

En febrero se unió al Servicio de Mujeres del Territorio Auxiliar (similar al Cuerpo de Mujeres del Ejército Americano o WAC). Se registró allí con el nombre de Isabel Windsor. El ATS prestó un apoyo fundamental durante la guerra, ya que sus miembros se desempeñaron como artilleros antiaéreos, operadores de radio, mecánicos y conductores.
Después de unirse, se formó como conductora y mecánica con el rango de Segunda Subalterna. Cinco meses más tarde fue ascendida a Comandante Junior, que era el equivalente a Capitán. Su hermana menor, la Princesa Margarita, era una niña guía y más tarde se unió a los Sea Rangers.
Hoy os traigo tres novelas que nos acercarán un poco más hacia la figura de la Reina Isabel II de Reino Unido. He elegido estas tres historias porque son, quizás, las más desenfadadas y las más cercanas a la reina. Hay infinidad de ensayos y obras de divulgación, pero mi intención siempre es acercar al lector de novela a la historia.

Londres, 1947. Asediados por el frío invierno, los británicos padecen el racionamiento a pesar de su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Pero Buckingham Palace remontará los ánimos de la nación con el anuncio del compromiso de la princesa Isabel.
Para Ann y Miriam, bordadoras en el taller de un famoso modisto, la boda es más que una celebración. Han sido elegidas para un honor único en la vida: crear los bellísimos bordados que adornarán el vestido de novia de la futura reina de Inglaterra. Una oportunidad única para una chica inglesa de clase trabajadora y una emigrada francesa que ha sobrevivido al régimen nazi.


La reina Isabel II investiga un misterioso asesinato.
Estamos a principios de la primavera de 2016 en el castillo de Windsor, donde Isabel II ultima los preparativos de las celebraciones de su nonagésimo aniversario mientras saborea una matutina taza de té.
Pero el ambiente festivo se trunca de pronto cuando uno de sus invitados es hallado muerto en uno de los dormitorios de la residencia.
Todo parece indicar que el joven pianista ruso se ha ahorcado, pero un nudo mal hecho lleva al MI5 a sospechar que hay gato encerrado.
La reina deja la investigación en manos de los profesionales, hasta que las pesquisas apuntan hacia sus fieles sirvientes y decide tomar cartas en el asunto.
Curiosamente, la autora de estas obras, es una gran aficionada a la Casa Real británica, haciendo de estas obras un curioso testimonio de las actitudes reales de la reina.

Y, por último, os dejo esta historia maravillosa que leí hace tiempo y que me enamoró desde la primera letra.
Si sus célebres perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Y no habría conocido a Norman, el pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su asesor literario. Pero la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Porque una reina nunca debe ser interesante, ni tener otros intereses que los de sus súbditos. Y jamás habla de sus gustos, sólo pregunta por los de ellos. Isabel II de Inglaterra halla en la biblioteca el libro de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Tiempo atrás le había concedido un título nobiliario menor. Y de Compton-Burnett a Proust, y de Proust a Genet, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido una reina, una pura entelequia, descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer. Alan Bennett, que desde 1960 se pasea de la televisión al teatro, del cine a los libros, de la alta a la baja cultura, continúa, para deleite de sus lectores, saltándose todos los límites con esta miniatura exquisita, mordiente y divertida. «Alan Bennett imagina en esta encantadora nouvelle lo que podría ocurrir si la soberana de Inglaterra fuera presa de repente de una intensa, devoradora pasión por los libros. Y lo que en otras manos podría resultar un ejercicio forzado, o un irrespetuoso y frívolo delito de lesa majestad, aquí es una comedia deliciosa, y una poderosa reflexión sobre el poder, y el poder de la letra impresa… COMPRAR
Como siempre, espero que os haya gustado, que hayáis descubierto nuevas lecturas que os trasladen a tiempos tan lejanos como la propia humanidad. Nos vemos la semana que viene con una nueva civilización, o no…
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