The Black Crowes y Whiski Caravan son dos grupos de rock con propuestas muy diferentes, también alguno en común. Ambos han forjado su trayectoria en una época posterior a lo que cada uno propone. Los primeros se han dejado caer por Madrid con motivo de la gira aniversario de su disco más conocido, su debut discográfico, Shake Your Money (1990), los segundos acaban de editar su cuarto trabajo de estudio, Imaginaciones (2022).
The Black Crowes
Dos eran los conciertos que tenía marcados en mi calendario para este año, el de los Rolling Stones del pasado verano, con motivo de su gira Sixty y el de The Black Crowes con motivo del aniversario antes mencionado. No soy muy fan de estas giras dedicadas a un álbum en concreto, pero en el caso de la banda de los hermanos Robinson (que ya pasaron por esta sección en el especial 30 años de…) era una oportunidad de oro para ver en vivo a un grupo que la última vez que visitó la capital fue en 1999. ¡Joder! Ni siquiera vivía en Madrid por aquel entonces, tampoco es que estuviera por aquella época muy interesado en su rock con acento sureño. Un craso error por mi parte.
La formación de Atlanta, Georgia, nos brindó sus mejores años en la década de los 90, en unos años en los que el hard rock empezaba a ser considerado como añejo. De haber desarrollado su trayectoria en los 70, no tengo la menor duda de que habrían sido tan grandes como Lez Zeppelin o los propios Rolling Stones. Su álbum debut, Shake Your Money (1990), no solo fue bien recibido por la crítica, sino que contó con el respaldo del público. Las más de 5.000.000 de copias que facturó así lo demuestran. Para algunos su mejor trabajo, no para mi. Yo me decanto por su siguiente placa, The Southern Harmony and Musical Companion (1992).
La gira del treinta aniversario de Shake Your Money debió de pasar por nuestro país en 2020, la pandemia lo impidió. Barcelona y Madrid fueron las dos ciudades afortunadas. Unas 10.000 almas nos dejamos caer el pasado martes en el WiZink Center, lugar habitual para conciertos de cierta envergadura. Público para todas las edades, aunque la mayoría eran ya maduritos, curtidos en mil batallas. El escenario sobrio, nada de pantallas. Esto me hizo recordar lo diferente que es ver un concierto de los Rolling Stones al de los de Atlanta. Evidentemente, la trayectoria es bien distinta, también la concurrencia. Por eso unos actúan en un estadio a cielo abierto y los segundos en un recinto más reducido de espacio. Porque ver a los Rolling Stones en primera fila cuesta un riñón y a los cuervos 56 Euros.
Como teloneros una banda que no tenía en la órbita, DeWolf. No puede emitir una opinión más allá de correctos, puesto que no conocía sus canciones. A las 21h, puntuales como un clavo (a ver si aprenden otros artistas), salieron a escena los cuervos. Un escenario que se asemejaba a un bar americano, con su barman incluido. Alguno debió de pensar que le iban a poner una cerveza.
Si alguien no se ganó el sueldo fueron los técnicos de sonido. Cuando una banda no suena bien en directo no siempre es culpa de los músicos. Un volumen muy alto, como si el concierto se desarrollara a cielo abierto y un balance de agudos y graves horrible. ¿Qué puedo decir de los hermanos Robinson? Crish es un monstruo escénico, cantando a un gran nivel, daba igual si al mismo tiempo tenía que sostener un paraguas con las imágenes de los cuervos en su interior o no. Rich más comedido. La relación entre los dos hermanos parece ser que se ha reconducido, incluso se les vio abrazarse en algún momento. La longevidad de esta reunión dependerá mucho de lo que tarden o no volver a la gresca.
El set list el esperado, tocaron el álbum homenajeado de principio a fin y en orden. El momento más álgido correspondió (como no puede ser de otra forma) con la interpretación de Hard to Handle (un cover de Ottis Redding). Hubo espacio para un pupurri de algunos de sus éxitos posteriores, en el que no falló Remedy. Siento una debilidad especial por esta canción. De su último trabajo de estudio, 1972 (2022), en el que versionan clásicos del citado año interpretaron Papa Was a Rollin´Stones y Rock Off.
Pese a lo entregado del público, no fue un gran concierto. Los problemas con el sonido lastraron en buena parte una actuación correcta de los cuervos. Espero y deseo que no tengan que pasar tantos años en volverse a pasar por Madrid.
Wishky Caravan
Imaginaciones (2022)
Aunque conocía a los madrileños no les había prestado la atención que merecen. Nunca es tarde si la dicha es buena. En los últimos tiempo estoy escuchando mucha música nacional (ya he mencionado en más de una ocasión que mis gustos musicales están más en artistas que hablan la lengua de Shakespeare). Supongo que después de realizar la escucha completa de las discografías de artistas como “el Loco”, mejor conocido como Loquillo, Siniestro Total, Dry River (estos pasaron por el blog recientemente), Mojinos Escozios o más recientemente de Vita Imana es normal que internet me haga muchas sugerencias nacionales.
Como he dicho antes, sabía de la existencia de los madrileños Wishky Caravan, liderados por Danny Caravan. La escucha de su último disco de estudio, Imaginaciones (2022) me ha dejado claro que es una banda que ha madurado. Su primer larga duración data de 2014, Donde ella duerme, producido por Iker Piedrafita (hijo de Alfredo Piedrafita de Barricada) tuvo una buena acogida.
El parecido de la voz de Danny con la de Enrique Bunbury es más que evidente. Sin embargo, en ningún momento podemos hablar de una copia, sino de una influencia. Es a partir de Lo que nunca encontré (2016) cuando se empieza a vislumbrar la línea que va a tomar la banda. Whisky Caravan es una de esas bandas que caminan en la fina alambre entre el pop y el rock. Yo lo definiría como Rock intimista, muy en la línea de lo desarrollado por los finlandeses H.I.M. De haber desarrollado su trayectoria a inicios del Siglo XXI posiblemente se habrían hinchado a vender discos.
En 2018 publicaron La guerra contra el resto. Para entonces ya tenían una legión de fans, me consta que colgaron el cartel de “no hay billetes” en más de una ocasión. El punto culminante de este progreso se puede palpar en su directo No sueñan los fantasmas (2020).
Este Imaginaciones (2022) ha sido producido por José Caballero, productor de Izal, Shinova o Miss Caffeina entre otros. Se nota una madurez musical, con temas más variados, aunque destacan los medios tiempos. Entre las más destacan, la inicial Algo en que creer, Enemigos (la que más me ha cautivado), Gigantes o la balada minimalista de Kitsugi. Destacan los medios tiempos, lo que hace de su música ideal para las radio fórmulas.
No me gusta el whisky (bebida), pero si viene de mano de los Caravan la cosa cambia. Te recomiendo su escucha si te gustan grupos como Fito y Fitipaldis, La Fuga o la vertiente más melódica de Sober. Su punto fuerte, unas letras muy trabajadas.