
BELSNICKEL por Óscar Rodrigo
Relato ganador del Reto Navidad Underground 2022
«Hubo un tiempo en el que la otra realidad aún convivía entre nosotros».
17 de diciembre de 1709.
Noche cerrada en la región neoyorquina de Beacon. Los carromatos de colonos holandeses forman un círculo protector para pernoctar. Es un momento del día en el que gentes y anhelos reposan en la misma almohada. El silencio crudo que precede a la nevada inunda el barro escarchado y las almas semidormidas. Los hermanos Van Eyk, de ocho y doce años, duermen solos en un pequeño carro.
—Dick, ¿estás despierto?
—Ahora sí, merluzo. Son las 3 de la madrugada, ¿sabes? —contestó el mayor de los dos.
—Ya lo sé Dick, baja la voz. ¿Es que no has oído eso?
—Deben ser los pedos de tío Josh en la carroza de al lado. Deja de dar la murga y duérmete. —Se revolvió Dick en la manta de lana—. ¡Con lo que cuesta agarrar el sueño con este frio y tú me despiertas!
Un tintineo de campanas, casi inaudible a lo lejos, hizo que los dos hermanos pelirrojos alzaran las orejas como perros en busca de presa.
—No está cerca, me oyes —balbuceó Dick, el mayor de los dos—. Creo que está en el bosque.
—¡Es Santa! ¡Ya viene, ya viene! ¡No lo puedo creer, qué pronto llega! —supuso el muchachito pecoso.
Ambos intercambiaron una mirada que poco a poco fue mostrando el lado más temeroso de los Van Eyk. La espesa negrura nocturna resaltaba el blanco de sus ojos.
—Johan, cabeza de chorlito; Santa no puede llegar tan pronto.
—Entonces… entonces es…
—¡Chsss, cállate, ni lo nombres!
—Quiere decir: El Belsnickel, ese soy yo… —convino a modo de presentación una silueta parda desde el fondo de la caravana cerrando su frase con un chasquido de lengua.
El personaje se movía mucho, fruto de la incomodidad del estrecho lugar, lo que hacía que las campanas que portaba en el gorro de piel tintineasen con estruendo. Los chicos estaban aterrados y Dick se preguntaba si nadie escucharía todo aquel alboroto campaneante.
—¿Cómo ha podido llegar hasta aquí? Son otras tierras, lejos de Utrecht —dijo más para sí el mayor de los hermanos.
—Deja que yo te responda —se adelantó Belsnikel a la poco probable respuesta de Johan, que permanecía petrificado por el miedo. El intruso acercose al rayo de luna que penetraba por la lona. Un rostro tan juvenil como demacrado estaba enmarcado por una rala barbita. Sus ojos claros y traviesos parecían disfrutar de la compañía—. Soy una tradición, y por mucho que os alejéis de vuestras tierras, vuestra esencia como pueblo neerlandés siempre os acompañará, vuestros sueños más intrínsecos y vuestras pesadillas más ancestrales. Y aquí estoy, precediendo la comitiva de Santa Klaus. El viejo gordinflón.
—¡Creía que erais primos! —se atrevió a interrumpir el pequeño Johan.
—Ese ya se ha olvidado de lo que somos. Lo odio —contestó Belsnikel haciendo una pedorreta con la lengua—. Todos los niños esperan algo de él, pero de mí casi no se acuerdan ya. Sabréis por qué, claro…
—Sí —aseguró el pequeño. Dick lo taladraba con la mirada.
—No seas tímido, jovencito. Escupe.
—Pues… porque castigas a los niños que no se han portado nada bien en el año, aunque a los que se han portado bien o regular les traes dulces. ¡¿Traes dulces?!
Dick era el que permanecía petrificado en ese momento sin apartar la mirada aterrada de su hermanito. ¿cómo era posible que nadie del campamento de caravanas se presentase para ver qué ocurría ante semejante ruido de campanas y voces?
—Es verdad, chico. Casi me caes bien. —A Dick no se le pasó por alto la ironía, lo cual le hizo erizar el vello de la nuca. Belsnikel mostró una gran mano con unos cuantos dulces brillantes; chocolates, jalea y pastelitos de miel y almendra. Dick observaba el rincón oscuro donde se ocultaba la otra mano, la cual mostró el intruso poco a poco. Hacía bailar un pequeño zurriago de cuero sucio.
—Nosotros no… —apenas balbuceó Dick.
Johan comenzó a llorar a gritos; era presa de un terror casi animalesco.
—Si teméis más el látigo que deseáis los dulces, vosotros mismos os habéis delatado y condenado. No necesito ni preguntaros sobre la pequeña Ethel.
—¡Se, se, se… la llevó el rio! —recordó Dick.
—Dicky, querido animalito sin corazón. Te conozco, te veo —estas palabras las acompañó, el subalterno de Santa Klaus, señalándose un ojo y después apuntando al pecho de Dick—. No solo no sentiste la menor de las penas por ver alejarse aguas abajo a la niña, sino que te reíste. Claro está, después de que la empujaras con una rama cuando ella estaba a punto de agarrarse a una roca. Con ello jamás se sabría en la comunidad de colonos sobre las atrocidades que le hiciste entre tú y tu hermanito a la hija de los De Vries.
Belsnikel se levantó y alzó a un tiempo el zurriago corto. El golpeo continuo sobre la virginal carne de los niños fue monstruoso.
A la mañana siguiente, los colonos al completo, se reunieron sin decir palabra en torno al vehículo donde permanecían los cuerpos, apenas latentes, de los hermanitos Van Eyk. Cuando estos se dejaron caer desde el carro hasta el barro aún con vida, la gente al completo pareció comprender.
Dick tenía la cara desfigurada y le faltaba un globo ocular. Johan sangraba por cada poro de su piel y se orinaba a un tiempo.
La señora De Vries se acercó a aquel par de amasijos de carne sanguinolentos con unas lágrimas de odio infinito.
—Hemos tenido que esperar casi un año para que el Belsnikel nos diera la respuesta. Todos escuchamos vuestros gritos anoche, pero también comprendimos que Dios pondría a cada uno en su sitio. Siento que vuestros padres os estén viendo desde el cielo.
La comunidad se alejó del lugar dejando a los dos muchachos en el bosque en el que comenzaba a nevar. Pronto las alimañas darían cuenta de los hermanos. Poco importaba ya si estuvieran vivos o muertos.
«EINDE»
Un relato de Óscar Rodrigo para Grupo Cultura Underground. Todos los derechos reservados por el autor.
Imagen: Lienzo de C.C.A. Christenssen. «Crossing the Mississippi on the ice».

Entrevista a Óscar Rodrigo
Por David Lorén Bielsa
David: Muy buenas, Óscar, enhorabuena por ser el ganador de la primera parte del Reto Navidad Underground 2022, y muchísimas gracias por atenderme.
Óscar: Primero que nada agradecer al Grupo Cultura Underground y a ti, David Lorén Bielsa la oportunidad de darme a conocer un poquito más a los amigos lectores y escritores.
D: Eres un autor muy prolífico con los relatos, que sueles poner en facebook para tus seguidores. ¿De dónde sacas tiempo e inspiración para ellos?
O: Creo que 24 horas dan para mucho si uno se las administra y estructura en su agenda con disciplina. Seguro que una horita se puede tomar al día para escribir alguna cosa.
Si me preguntas de dónde saco la inspiración para escribir, supongo que tengo que responder que de la pasión que siento al crear una pequeña historia. Me parece que la relación escritor/lector es una de las maneras de comunicarse entre dos personas más mágicas que existe. Todavia me fascina relatar una invención propia y que esto cree mundos en la cabeza de un lector o lectora a miles de kilometros de distancia o a años de distancia desde que se escribe hasta que el lector lo disfruta.
D: ¿Por qué el terror? ¿Es tu género preferido?
O: Es uno de los géneros que más he consumido en mi adolescencia, supongo que eso tiene que marcar de algún modo en el terreno artístico. Si a esto añadimos que siempre he tenido un punto oscuro y profundo en cuanto a la observación de la naturaleza humana, entonces el terror es un instrumento con el que exponer esa maravillosa y extraña cosa que es la mente al servicio de las emociones. No es el único género con el que disfruto escribir, como ya sabes; me encanta la fantasía, la ciencia ficción, el realismo mágico y las aventuras.
D: En «Ferrum Dei» hibridas la ucronía, el steampunk, el weird west, con temáticas clásicas de la ciencia ficción como vida sintétiva (IA) y transhumanismo. ¿Cómo diantres se te ocurre semejante genialidad?
O: Gracias por lo de «genialidad». Lo de hibridar creo que se debe a que mi mundo es así también; muy ecléctico en todos los sentidos. Esto supongo que me hace mezclar sabores, sensaciones y percepciones de todo tipo en mi mente, con lo que a la hora de crear, el resultado dificilmente va a ser monocorde.
Por otro lado, disfruto empapándome de todo tipo de información, extraída de aquí y de allá. Al final esta actividad provoca que uno tenga, digamos, «más ingredientes en la cocina» para preparar un buen plato o al menos diferente.
D: Ya que en la pregunta de antes he nombrado una buena mano de subgéneros y tú has hablado de ingredientes. Explícales a todos, como buen valenciano que eres, qué es el género paella.
O: Ja, ja, ja. Este mérito no sé si es todo mio, porque fue a raiz de una entrevista que le hice a Samir Dabian Guerra en mi podcast «La parada de los monstruos…». La conversación giraba en torno a la novela que escribió junto a Rafael Muñoz «Lo que acecha». (Por cierto; uno de los mejores thriller hibridado con otros géneros de la literatura indie).
D: Estoy de acuerdo con lo de «Lo que acecha». Sublime.
O: «Género paella» vendría a aplicarse a aquella novela, compuesta por más de dos géneros, y que, a priori, no tienen nada que ver entre sí, para llegar a crear algo dificil de encasillar, pero cuyo resultado es armonioso.
Por cierto, creo que entre tú, Samir Dabian y yo, podríamos montar un restaurante especializado en arroces. Ja, ja, ja.
D: Tienes una saga fantástica que habla de Shaitans, que se intuye que puede estar conectada de alguna forma con «Cuatro Tierras», y a su vez, más que fantasía, podría ser ciencia ficción. ¿Esto que digo es cierto? ¿Existe la posibilidad de un «Óscar Rodrigo’s Extended Literarian Universe» (ORELU)?
O: ¡Uy, lo de «ORELU» me encanta! Ja, ja, ja. «El secreto del shaitan» 1 y 2 (la 3 y definitiva está en su recta final de creación) son fantasía urbana mezclada con mitología árabe, terror y aventuras. Te puedo decir que no vas desencaminado. Hay personajes, coches, armas y detalles que se pasean por más de uno de mis libros creando una tela de araña que lo interconecta todo. No solo Cuatrotierras y El secreto del shaitan, sino también El anticuento y La caza del ángel caído (spin off de El secreto del shaitan). Por ejemplo: el Jeep Wrangler que maneja el señor Wolffe, uno de los más sanguinarios personajes de El Anticuento, se lo compró a Dana Johnson, protagonista de La caza del ángel caído, también un ser muy sangriento. Este hecho solo se menciona por encima en una de las novelas. Solo los lectores muy avezados se darían cuenta de estos pequeños huevos de pascua que voy dejando.
Otro detalle curioso, como sabrás, es que tengo una manera curiosa cuanto menos de saludar a mi lector o lectora. Por loco que parezca, casi siempre hay una breve escena en mis novelas en las que aparece un ratoncito, Mr Chips, bebiendo de un dedal lleno de cerveza. Ahí es cuando el lector sabe que le estoy diciendo «Ey, hola!».
D: ¿Cómo narices llevas Okeanos 2? ¿Hay título que nos de pistas de cómo va a ser la ambientación esta vez?
O: Okeanos 2 está escrito en sus dos terceras partes. En cuanto acabe el que me traigo entre manos espero finiquitarlo. El título es «Onkolitos», por seguir los títulos en griego, en este caso. Esa palabra significa «pedrusco» y es que ronda un meteorito por la novela al que hay que darle caza. Nuevos personajes, la tripulación locuela de siempre y un encargo nuevo para el bueno de Vinilo Said Turner, el camionero espacial más molón de la galaxia.
D: Aparte de Okeanos 2, ¿puedes adelantarnos algo sobre tus futuros proyectos?
O: En primicia para los amigos de Grupo Cultural Underground; estoy terminando (portada encargada ya a Calaveradiablo) mi nuevo trabajo. Esta vez acción en la Primera Guerra Mundial mezclado con acontecimientos sobrenaturales. Está basado en hechos reales y va a sorprender a más de uno los personajes famosos que aparecen en esta historia. De nuevo he hecho muchísima investigación sobre aquella época.
A lo largo del año, una nueva aventura juntará de nuevo a los hermanos Rodrigo para desarrollar una historia. Esta vez relacionada con la arqueología.
D: Como todo buen escritor debe ser, has demostrado que eres un grandísimo lector, y cada año nos pones tus recomendaciones favoritas. Déjanos tus preferidos de este año pasado, tanto del mundillo indie, como del mainstream.
O: ¡Claro! Mainstream: Un fuego azul, de Pedro Feijoo, El traje del muerto, de Joe Hill (hijo de Stephen King, pero con su propia voz), Por si las voces vuelven, de Ángel Martín,The last house on Neddle Street, de Catriona Ward y El brillo de las luciérnagas, de Paul Pen.
Indie: Zebulón año cero, de Carmen Hinojal, Dankworth, de Katy Molina, Abominable, de Sebastián E Luna, La sombra de la Gioconda, de Alejandra de San Cristóbal y Almas Errantes: la rebelión de los condenados, de J.L. Prieto.
Me dejo muchísimos en el tintero que han sido también superentretenidos, que lo sepas.
D: Muchísimas gracias de nuevo por hacernos un hueco.
O: Muchas gracias por dedicarme este espacio, David y administración del grupo, y un saludo y feliz año a todos los amigos de Grupo Cultural Underground.
SOBRE EL AUTOR:

Óscar Rodrigo es un escritor español, reside en Nueva York con su familia desde hace nueve años. Tiene publicadas y autopublicadas quince obras, entre novelas y cuentos. Los géneros que trabaja son: fantasía, ciencia ficción, horror, humor negro, realismo mágico, thriller sobrenatural y algún cuento infantil que otro. Actualmente realiza un podcast en Ivoox y Spotify llamado «La parada de los monstruos…», en el que trata temas de cine, noticias extrañas, literatura, etc. Asesora a algunos escritores noveles a iniciar sus primeros pasos en el mundo de la publicación a ambos lados del Atlántico y que publican en inglés o en español. También administra un grupo de Facebook llamado «El patio trasero de Canavan».
Libros publicados o autopublicados:
El secreto del shaitan , El secreto del shaitan 2, El anticuento, El botijo maldito, Alter Ego, Hipogeum, El anticuario judío, La caza del ángel caído, Blanca Oscura, Okeanos, el alma del mar, De Profundis, Cuatrotierras y Ferrum Dei.