De haberme quedado en los 90, que por generación es la década que me corresponde, me habría quedado sin conocer a un buen puñado de grupos que surgieron a partir del 2000 y, de paso, un género/movimiento como el Djent. Si quieres saber en qué consiste este género no tienes más que pinchar el enlace, en este mismo espacio tenemos un artículo sobre ello.
La etiqueta de Djent se queda corta en el caso de Periphery, en su música también hay espacio para el metal progresivo, lo sinfónico, el jazz fusión e, incluso, melodías pop al más puro estilo de las boy bands. Tal vez algún día hablemos de la dupla Misha “Blub” Mansoor (guitarra solista y productor) y Spencer Sotelo (vocalista) como una de las más destacas del nuevo milenio. Ahí lo dejo.
En tiempos de la inmediatez, del single de radiofórmula (siempre por debajo de los tres minutos), de estructuras simples, de canciones que pasarán de moda en pocos meses (semanas o días) nos llega lo nuevo de Periphery, con canciones por encima de los ocho minutos, de pistas y pistas superpuestas. Puedes escuchar este nuevo trabajo innumerables veces y seguirás sacando cosas. Otro tema es llevar esto al directo, ahí (quizás) radica el problema de los de Bethseda, Maryland (y muchas de las bandas del Djent). Periphery tiende a poner a cada nueva entrega un subtitulo sugerente. Mucho se ha dudado, y debatido, sobre si el Djent es o no un género. De lo que no hay duda es que para llevar esto a cabo hemos de contar con unos músicos excepcionales, y estos lo son. Desde la batería (soberbia) a la guitarra, pasando por las melodías vocales, nos encontramos con unos músicos dotados (técnicamente hablando).
Aquellos que lo flipamos con Make Total Destroy de Periphery II: This Time it´s Personal (2012) encontramos en Wildfred , tema de apertura de este séptimo trabajo de estudio, una inmejorable carta de presentación de lo que es la banda y el Djent, con esas guitarras de afinación grave. Si uno escucha el tema sin visualizar el vídeo pensará que estamos ante dos vocalistas. Spencer Sotelo es uno de los mejores voces de su generación y aquí queda demostrada su versatilidad. Este anti-single, de siete minutos de duración, nos muestra su lado más progresivo. Cuando el tema parece que va a terminar se sacan de la manga una parte de jazz, con su piano y saxofón.
Atropos, su segundo corte y tercer single, desarrolla a lo largo de los ocho minutos, todo de lo que Peripheery es capaz de hacer. En este caso queda más patente su lado melódico, que lo diferencia tanto de otras bandas del Djent. Si lo comparamos con Meshuggah pareciera que estemos ante de dos bandas antagónicas estilísticamente hablando. El tema más diferencial lo encontramos en Silhouette, sacando su lado más pop. Si alguno hecha de menos las boy band aquí tienen una pieza para recrearse. La que le sigue, Dying Start parece más una continuación que un tema independiente, en el que la banda vuelve a demostrar su versatilidad. La melodía vocal se me antoja exquisita, para cantar a pleno pulmón en directo con los mecheros encendidos (en la actualidad se recurre a la linterna del móvil).
Lo más atípico de un disco en el 2023 sería encontrar los temas más largos para el final. De hecho, es un suicidio musical. Pues a Periphery esto les debe importar bien poco. Los dos últimos cortes sobrepasan los diez minutos. Puede que estos más de veinte minutos le sean excesivos, pero amigos esto es el vivo ejemplo de lo que es el metal progresivo bien desarrollado.
Setenta minutos para nueve temas puede resultar algo largos. Como dije al principio, no esperes ser capaz de apreciar el contenido en una sola escucha. No, la propuesta de esta semana no es fácil de asimilar, pero te prometo que si le logras pillar el punto el tiempo invertido merecerá la pena. No lo digo yo, sino la prensa especializada, pero ya se está hablando de este Djent Is Not a Genre como uno de los discos de año en el apartado metal. Y eso que solo estamos en marzo.