Después de un mes donde los acontecimientos han dado pie a, nada más y nada menos, que cuatro especiales: Isabel II de Reino Unido, Premio Literario 2022, Batalla de Trafalgar y Halloween. Hoy regresamos al punto en el que nos quedamos tras las recomendaciones del ciclo sobre Roma que se cerraba con la caída del Imperio.

El cristianismo es, según el historiador Santiago Castellanos, un producto histórico del mundo antiguo. Se trata de una religión formada sobre la base de interpretaciones surgidas dentro del judaísmo en la primera mitad del siglo I, que pronto se fundieron con un alud de conceptos intelectuales propios del helenismo. No puede perderse de vista que el cristianismo apareció en una región muy determinada del orbe romano, en la zona de Judea, en el extremo oriental del Mediterráneo. Esto suponía que era una religión de origen judaico, pero que tenía que vadearse, si sus maestros querían extenderla más allá del judaísmo, con otro tipo de mentalidades y de formulaciones intelectuales.
Así, en un principio los romanos no distinguieron a los cristianos de los demás judíos, pero a partir de Nerón se hicieron frecuentes las persecuciones contra los seguidores de Jesús que predicaban las enseñanzas impartidas por los apóstoles Pedro y Pablo en Roma. En el año 64 d. C. un incendio destruyó parte de la ciudad de Roma y Nerón acusó de ello a los cristianos desatando una violenta persecución sobre ellos. Los cristianos, que eran monoteístas, se negaban a adorar a los múltiples dioses romanos y a reconocer el carácter divino del emperador, lo que era visto como un mal ejemplo por las autoridades imperiales, a lo que se sumaba que la doctrina cristiana era considerada peligrosa por predicar el fin de los privilegios y la igualdad entre los hombres. No todos los emperadores persiguieron a los cristianos. Trajano y Adriano los toleraron y los dejaron practicar su religión. El emperador Constantino se convirtió al cristianismo y a partir de allí esta religión se convirtió en la oficial.
RECOMENDACIONES LITERARIAS

EL HERRERO DE GALILEA de Nicholas Guild.
Yoshua, un carpintero de la aldea de Nazaret, siente la llamada de Dios y predica la inminente llegada del Juicio Final. Esta es la historia de su vida y de su terrible final a través de los ojos de su primo, y amigo más cercano, Noah el herrero: hombre recto y prudente que conoce bien un mundo en el que la traición y el asesinato son habituales en la lucha por el poder. No obstante, el herrero está dispuesto a poner en peligro su vida para salvar la de Yoshua. El herrero de Galilea es el producto de veinte años de investigación y de un profundo conocimiento del mundo antiguo; una fascinante novela que especula sobre lo que pudo ser el complot político para acabar con la vida de Jesús y los esfuerzos de un hombre por salvarle. El Yoshua de esta novela, el Jesús de la fe cristiana, es un hombre como cualquier otro, un héroe muy humano cuya derrota a manos de sus enemigos le confiere una trágica dimensión de grandeza.

EL EVANGELISTA de Adolfo García Ortega.
Esta novela es la crónica de una revuelta que tuvo lugar en Jerusalén y Galilea en los tiempos de Tiberio y que terminó con las ejecuciones de los cabecillas en la cruz. Estos fueron Iskariot Yehudá y Yeshuah, llamado el Visionario. Trataron de enfrentarse al Imperio romano, quisieron cambiar el orden de las cosas de este mundo por un Reino divino y terminaron creando una masacre. Esos hechos son registrados aquí por un escriba anónimo que los sigue de cerca y anota cada paso y cada idea del grupo de patriotas subversivos, y lo hace como un narrador que es testigo de la verdad pero no comparte los ideales de los rebeldes. Unos años después, esta historia fue reescrita y sirvió de base a una religión: la cristiana. Pero quizá todo sucedió de otro modo, tal como revela esta crónica negra de un mundo confuso. Como el de hoy. El evangelista es un desafío literario para Adolfo García Ortega, escritor cuyas novelas siempre han demostrado valentía y riesgo. Como ya hicieran novelistas de la talla de D. H. Lawrence, Saramago, Kazanzakis, Bulgakov o Thornton Wilder, el autor asume aquí el reto de contar de manera muy imaginativa y distinta lo que todo el mundo cree saber, y de contarlo como si fuese una historia nueva e inédita. Porque, leído en estas páginas, el evangelio es nuevo e inédito. Incluso terrible. Con su novela, Adolfo García Ortega abre la caja de las dudas.

YO, JUDAS ISCARIOTE de Luis Tomás Oviedo.
“Yo, Judas Iscariote” recoge, en una ficción basada en las Sagradas Escrituras (principalmente en el Nuevo Testamento), el testimonio de este personaje, abominado por la Humanidad, de sus vivencias con el Nazareno. Expone de manera vehemente el papel que le tocó jugar en el drama final que vivió Jesús, así como en los preparativos de las acciones que terminarían con la crucifixión de éste.
Judas habla en primera persona y de su testimonio se descubre el perfil de un hombre muy distinto al que describe quienes posteriormente se encargaron de escribir la historia.
Judas nos retrata un Jesús humanizado, rescatado de la divinidad que le diera un concilio, después de su muerte, divinidad que él nunca reivindicó. Al final de la lectura nos surge la pregunta: ¿Fue Judas un traidor o fue en cambio la ficha clave para que se cumplieran las escrituras?

EL GRAN LEÓN DE DIOS de Taylor Caldwell.
La gran escritora Taylor Caldwell nos ofrece un retrato inédito de Saulo de Tarso, con sus dudas sus flaquezas y su carácter muy humano.
Una novela sobre Saulo de Tarso, el Apóstol San pablo. (Novela histórica)
Esta novela inspirada en la vida de san Pablo nos acerca al lado menos notorio de este hombre, al Saulo de Tarso que había antes del apóstol, un personaje lleno de claroscuros, de dudas y de contradicciones al que la autora trata con la mayor delicadeza, pero también con todo el rigor histórico. En efecto, frente a la tradicional visión de los Apóstoles, Taylor Caldwell nos desvela su lado más humano. De hecho, las dudas que albergaba Pablo en su interior le llevaron a perseguir a los primeros cristianos, antes de quedar él mismo iluminado. Entonces, tras la revelación de su destino, y arrepentido por su comportamiento pasado, dedicó su vida a Dios, y se convirtió en el Apóstol de los Gentiles.
Como siempre, espero que os haya gustado, que hayáis descubierto nuevas lecturas que os trasladen a tiempos tan lejanos como la propia humanidad. Nos vemos la semana que viene con una nueva civilización, o no…
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