Reseña de Forever (2024), Bon Jovi

He pensado mucho si realizar o no esta reseña, si estaba capacitado para mantener un punto de vista crítico (a una labor no exenta de lo subjetivo) y no dejarme llevar por mis sentimientos encontrados hacia la banda de New Jersey. ¿Odio a Bon Jovi? No. La respuesta correcta es que odio en lo que se convirtió la formación liderada por John Francis Bonjovi Jr, que es como realmente se llama su carismático líder. Mucho ha llovido desde su debut homónimo en 1984, un disco que tampoco es que fuera un exitazo pese a tener uno de los cortes más queridos por los fans, Runaway. El éxito de marras llegaría de la mano de su tercer larga duración Slippery When Wet (1986) en el que está incluido el trilladísimo Livin´on a Prayer. Pocos recuerdan que tras la maratoniana gira de New Jersey (1988) la banda estaba al borde del colpaso. De hecho, en 1990 hubo rumores de ruptura, acentuados por el debut en solitario de su frontman con Blaze Of Glory. Después llegaria el corte de pelo y la publicación de Keep the Faith (1992), el álbum en cuya portada sus miembros se entrelazaban las manos a modo de conjura, en plena edad dorada del Grunge. El disco funcionó bien, especialmente en Europa. De este disco, además del tema homónimo, el más recordado es la balada Bed of Roses (sobrevalorada a más no poder, teniendo en el mismo listado la maravillosa In These Arms). Se extrajeron seis singles, de los cuales el último Dry County es mi canción favorita de toda su discografía. En 1994 la banda publicaba el recopilatorio Cross Road, en el que se incluyeron dos temas nuevos, el más destacado la balada “moja bragas” de Always (nadie como él para componer este tipo de temas, y lo digo como elogio no crítica). Mi relación con la banda terminó con el oscuro These Days (1995), siendo a mi juicio el último disco de la banda Bon Jovi. A partir de entonces parece más el proyecto de John Bon Jovi.


Del 2000 en adelante encuentro similitudes a lo que le ha ocurrido a su paisano Bruce Springteen, capaz de sacar algún tema de relumbrón pero nunca más un disco que merezca ser memorable. Por lo menos The Boss mantiene el tipo con directos de tres horas. Habrá quien considere un sacrilegio que no tenga en consideración Crush (2000), un álbum en el que lo único rescatable son el tema inicial, el archi radiado It´s My Life y el cierre One Wild Nigh. Por mucho que algunos le duelan, la banda un día llamada Bon Jovi se limitó a crear temas insulsos, carentes de toda originalidad, de los cuales solo se recuerdan los realizados a modo de radio fórmula: Everyday o Have a Nice Day sirvan como ejemplo. De Lost Highway (2007) en adelante se ha limitado a ser una descafeinada imitación de Bruce Springteen, en el mejor de los casos. Por el camino se dejaron a Richie Sambora, el otro alma de la banda un día llamada Bon Jovi. Un error de bulto, dicho sea de paso.
Podría haber hecho como Axl Rose con sus Guns N´Roses, seguir actuando en directo sin producir material nuevo (pese a que mucho lo están deseando, yo no estoy seguro de ello a estas alturas), nadie se lo iba a criticar. Al fin y al cabo, lo que uno quiere escuchar en vivo son sus clásicos de los 80 y 90, el resto se la bufan (algo similar les sucede a sus coetáneos Def Leppard. Lo peor es que John no se ha dado cuenta de su progresiva perdida de voz. Aún tengo pesadillas con su último concierto que presencie en vivo en Madrid, hay gallos que cantan mejor. Y con todo esto llegamos a Forever el primer disco después de que el bueno de John entrara a quirófano para operar sus cuerdas vocales por recomendación de su mujer después de una inefable presentación en vivo (en la que el cantante de New Jersey se sintió muy orgulloso). Igual es del oído de lo que se debió de operar.

Forever (2024)
Después de cuarenta años John Bon Jovi no tiene nada que demostrar. Para los que estén interesados en su historia tienen la docu serie en Disney. A estas alturas nadie espera un disco que nos deje la boca abierta, ni tampoco nos va hacer palpitar con nuevas baladas de las que antes mencioné. Esos tiempos son ya cosas del pasado, ahora lo que se estila en estas formaciones con cuatro décadas de vigencia es apelar a la nostalgia, y eso queda patente desde la portada. Muy correcta.
Ahora sería el turno de ensañarme con el producto interior (que es lo que realmente importa), pero como fue en el caso de Bruce Springteen con Letter to You (2020) nos encontramos a un Bon Jovi mejorado. En el apartado vocal está aceptable, aunque hoy en día con los avances que hay esto se puede disimular. Veremos como es la cosa en vivo. Que nadie se equivoque, ninguno de los doce cortes vamos a encontrar un tema que nos explote la cabeza, pero a diferencia de lo que me ha ocurrido con trabajos anteriores no ha sido un suplicio. Incluso me he atrevido a escucharlo un par de veces seguidas sin la necesidad de sentir que me flagelaba.
Lo de recurrir a la nostalgia queda patente en la inicial Legendary o Living Proof. La primera mitad es hasta disfrutable, no así la segunda donde se aprecia un bajón. Como dije antes no vamos a encontrarnos con ninguna balada “moja bragas”. Lo peor los tres últimos cortes, Living In Paradise, por aquello de estar compuesta junto a Ed Sheeran es la más pop, My First Guitar es la enésima canción dedicada a la primera guitarra. No sé que manía les ha entrado a los artistas con este tema, yo destrocé la mía sobre un escenario al más puro estilo Kurt Cobain. Para cerrar Hollow Time, un tema insulso que podría haber entrado en su predecesor 2020.
No es su mejor disco. como cabría esperar, pero tampoco está entre lo peor. Reitero mis palabras, no odio a John Bon Jovi (sus primeros discos hasta me molan), odio lo que se ha convertido la banda que un día se llamó Bon Jovi.
Tracklist:
1-Legendary
2-We Made It Look Easy
3-Living Proof
4-Waves
5-Seeds
6-Kiss The Bride
7-The People´s House
8-Wall Of Jericho
9-I Wrote You A Song
10-Living In Paradise
11-My First Guitar
12-Hollow Man

Te pillé mirando su culito.

Mi recomendación:
Ahora que se estila tanto eso de las bandas que dicen que se van (aunque luego regresan por aquello de la pasta) y a la espera de lo que va a ocurrir con Bon Jovi (de momento no se ha anunciado ninguna gira), mejor prestar atención a bandas que pueden llenar esos huecos. Nothing More es una de esas formaciones que están destacando al otro lado del charco. El primer atractivo de la banda de San Antonio, como en el de nuestro protagonista de hoy, reside en su vocalista. Jonny Hawkins parece la reencarnación de Jim Morrison, pero más desenfrenado. Sus condiciones vocales no generan ninguna duda (ni en estudio ni en directo), como ejemplo una probadita de lo que vamos a tener en el próximo artículo con motivo de la publicación de su nuevo disco de estudio que un servidor está escuchando estos días.

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