Por David Lorén Bielsa
El Premio Literario Amazon 2020 dejó auténticas joyas de género y solo lamento la falta de tiempo que me impidió leerlas todas. Pero aun así, cada elegida es un regalo, cosa que se agradece enormemente. Aunque la pillé ya fuera de concurso, COLISIÓN de Benjamín Ruiz me llamó la atención desde el principio, sobre todo por su sinopsis y su punto de partida. Pero a pesar de saber de lo que iba, me he llevado una grata sorpresa en el interior, por ser mucho más de lo que aparentaba a simple vista.
Os spoileraré mi opinión diciendo que, para mi gusto, ha pasado demasiado desapercibida durante el certamen y que su número actual de reseñas o su posición final no le hace justicia. Os explico los motivos en la siguiente reseña.
Sinopsis:

En algún lugar del tiempo, un fenómeno conocido como la Desconexión y una enfermedad letal popularmente denominada como “la devastación púrpura”, confluyen en la Tierra, dejando el planeta casi vacío y sin tecnología. Una nueva sociedad medieval se instala y comienza la guerra entre sexos. Hombres y mujeres viven separados, bajo pena de muerte, y se denominan a sí mismos como amazonas y espartanos, rindiendo homenaje a las antiguas mitologías y dioses de la Historia.
El odio que se profesan deberá ser aparcado cuando algo más grande que todos ellos aparezca para amenazar sus existencias. Un mal que avanza desde el norte, arrasando bosques y animales, los obligará a unirse, emprender el viaje de sus vidas para luchar contra él y salvar a sus pueblos.
Bienvenidos al fin del mundo.
Reseña:
Distopía: subgénero que contiene una sociedad en declive caracterizada por la deshumanización y/o los gobiernos tiránicos, muchas veces ocasionada por un desastre medioambiental o que se suceden en una época postapocalíptica. Se considera lo contrario a una utopía.
Postcapocalíptico: subgénero que se sitúa en un futuro posterior a una etapa apocalíptica, ya sea ocasionada por una gran guerra, hecatombe o desastre medioambiental o accidental y que podría haber supuesto el fin de la humanidad.
Sabéis que tengo la manía de analizar, antes que nada, la sinopsis de una novela. Me encantan y es uno de los elementos en los que siempre me fijo antes de decidirme por una obra. En el caso de la que tenemos entre manos, debo añadir que es una de las mejores que pude leer durante todo el Premio Literario. Sitúa al lector en un intrigante punto de partida, mostrando una distopía postapocalíptica (dos subgéneros que casan muy bien), pero sin desvelar cuál es ese gran desafío al que los protagonistas deberán enfrentarse. Todo un acierto.
La novela comienza en ese mismo punto de partida que marca la sinopsis, con una introducción corta que nos sitúa en la época en la que va a transcurrir y que nos explica cómo es posible que se esté sucediendo una distopía tan curiosa que haya implantado una eterna guerra —literal— de sexos. Debo añadir, sobre la ambientación, que Benjamín ha conseguido que todo cuadre bien, con mucha verosimilitud. A pesar de lo absurdo que pueda parecer todo al principio, ciertos detalles que va desgranando sobre la marcha hacen que los cabos sueltos desaparezcan.
La estructura narrativa es sencilla y acertada, con tres bloques bien diferenciados. En los primeros capítulos nos presenta a los personajes y plantea el reto inicial. Sobre los primeros, el autor ha hecho un trabajo excelente, puesto que comienza con un gran número de protagonistas y eso siempre es peligroso en una novela de estas características, por lo fácil que resulta olvidarse de quién es quién o perderse en los diálogos. Pero gracias al uso de cierto recurso narrativo como nacionalidades y nombres muy concretos, así como descripciones muy bien integradas, consiguen que el lector se haga enseguida con cada uno, que los diferencie sin problemas.
El segundo bloque supone el viaje, la aventura y la parte de la trama donde se van a desarrollar las relaciones entre los personajes. Además, consigue mantener el interés del lector, ya sea con el suspense que supone descubrir cuál es el gran desafío a enfrentarse o con algunas escenas de acción bien diseñadas. Aquí cabe destacar que el entorno se convierte en otro personaje independiente, uno que supondrá todo un reto.
Fantasía épica: subgénero en el que se usan elementos fantásticos, como por ejemplo la presencia de seres mitológicos, con un fuerte componente mágico y cuya trama y desenlace se centran en la heroicidad de sus protagonistas.
El tercer bloque es el que no puedo desvelar su contenido, pero el autor ha puesto en Amazon dos categorías: la ciencia ficción postapocalíptica y la fantasía épica. Menudo híbrido, ¿verdad? Pues no ha mentido, ni engañado. Los últimos capítulos no solo son fantasía épica, sino que son los que justifican el título. Contiene unas escenas de acción impresionantes y la secuencia final es, sencillamente, agónica. Sí, ya veis que las he disfrutado muchísimo.
COLISIÓN ha supuesto para mí una buena oportunidad para acercarme a Benjamín Ruiz, un autor multidisciplinar y que tiene un nivel literario excelente. En esta novela ha aplicado con precisión y acierto muchos recursos narrativos de los que he tomado buena nota. A pesar de la crudeza de la historia —en un entorno que no hace concesiones–, la ambientación y trama no solo son una denuncia contra la absurda guerra de géneros, sino que intentan aportar un hálito de esperanza recordando que no importa ni el origen ni la condición de cada uno. Que al final son los actos los que determinan cuál es nuestro papel en este mundo.
SOBRE EL AUTOR:

Benjamín Ruiz nació en Jaén (España), en 1972. Abandonó los estudios siendo muy joven para trabajar en el negocio familiar. Quemó media vida en distintos empleos, todos ellos ajenos a los libros, alternándolos con la escritura en su tiempo libre. Ha publicado siete novelas y dos volúmenes de relatos de terror y fantasía. Se define como una persona escéptica y lúcida. Practica la filosofía del perdedor; esa forma de ver la vida a medio camino entre el fatalismo y la melancolía.
Todas sus obras están disponibles en Amazon.